Los Vengadores de Joss Whedon (Serenity) es como compartir una tarde con un buen montón de tipos interesantes y peculiares en el más emocionante parque de atracciones… o como ver a un niño jugar con sus action-figures preferidas llevado por una imaginación sin límites.
Los Vengadores es cine-espectáculo hasta (casi) sus últimas consecuencias. Un “aún hay más todavía” continuo que no permite que los espectadores parpadeen o suelten un suspiro. Uno de los ejemplos más rotundos hasta ahora filmados de que el cine actual no tiene prácticamente límites a la hora de visualizar en pantalla cualquier cosa o situación imaginable (otros ejemplos evidentes de este hecho podrían ser la última entrada de Transformers o la reciente Battleship).
Si uno fuera Joss Whedon, responsable del guión definitivo después de revisar el primer manuscrito firmado por Zak Penn, seguramente habría arrojado lo escrito a la papelera antes de entregarlo creyéndolo imposible de rodar. Pero se ha rodado… y sin siquiera alcanzar las cifras presupuestarias de un Spider-Man 3: Los Vengadores ha costado unos 225 millones de dólares, por debajo de los 258 del tercer Spider-Man de hace cinco años o los 250 de la menospreciada John Carter…
Por suerte, y aunque la campaña de promoción ha tenido un poco de todo, teasers y trailers de la película, que poco a poco lograron emocionarnos más a los que esperábamos entusiasmados el salto al séptimo arte de la asociación de los héroes más poderosos de la Tierra, al final no destripaban demasiado e incluso resultaron ser dulcemente engañosos: el montaje daba a aparentar algunas cosas que no eran (Loki no arrojaba por una ventana al Capitán América en el primer trailer) e incorporaban algún diálogo que no se encuentra en el film (“Chicos, conmigo llega la fiesta…”, decía el Hombre de Hierro al final del segundo cuando parecía llevar hacia los Vengadores una de esas serpientes gigantes voladoras Chitauri). En su versión doblada al menos...
Amy Nicholson (http://www.boxofficemagazine.com/reviews/2012-04-marvels-the-avengers), escribía en Boxoffice Magazine una de las críticas más frías sobre el film que he podido encontrar (Lo que le ha acarreado ciertos problemillas entre unos cuantos "sujetos" con problemas para aceptar opiniones diferentes a las suyas: http://blogs.indiewire.com/womenandhollywood/female-reviewer-gets-attacked-for-avengers-review#. Y es que la mayoría de críticas sobre Los Vengadores se están mostrando unánimemente positivas… pero, entre las pocas que no lo son, muchas están escritas, significativamente, por mujeres. Y con ello no quiero insinuar nada más que lo evidente...), que “Los Vengadores necesita más ambición”. Y lo decía porque consideraba que el film no presenta nada que no se hubiera visto antes.
Y es probable que tenga razón, pero de lo que hablaríamos entonces es de falta de originalidad,
siempre escasa en los tiempos que corren. Porque, creedme: la película es todo
lo ambiciosa que debía, que tenía que ser. Y lo que es mejor: sin excederse en
ella.
Según Whedon, el primer montaje completo del film alcanzaba las tres horas pero el director era muy consciente de que, para no descompensar el resultado final dilatando la experiencia, la duración del film debía no alcanzar los 150 minutos. Y lo consiguió (142 min. dura el montaje final).
Aunque por el camino se quedaran fuera de la sala de montaje algunas escenas donde Steve Rogers busca su lugar en una Norteamérica que ha dejado muy atrás la Segunda Guerra Mundial (incluyendo un reencuentro póstumo con Peggy Carter, la chica que le robó el corazón en la muy entretenida y nostálgica Capitán América: El Primer Vengador). Atentos pues al lanzamiento de Los Vengadores en formato doméstico, porque puede incluir muy interesantes sorpresas…
El prólogo en el Proyecto Pegaso (como nos encantan estas referencias a los cómics Marvel originales… por cierto, la famosa instalación ya había aparecido en la subestimada Iron Man 2) y lo que ocurre en él (y que tanto me recordó a Broken Arrow, la película de John Woo que en su momento también elevó el listón de la espectacularidad del cine americano de alto presupuesto) anticipaban a las claras la aparatosidad del film. Aparatosidad y espectacularidad obligatoria tratándose de Los Vengadores, por cierto, pero el miedo a que Kevin Feige y sus asociados optaran por una película más humilde de lo exigible estaba ahí teniendo en cuenta que películas Marvel anteriores venían a dosificar escrupulosamente sus escenas de acción.
Por desgracia la grandiosidad de Los Vengadores acaba finalmente soterrando cierta emotividad entrañable que Iron Man, Thor o Capitán América: El Primer Vengador sí lograron alcanzar en al menos una escena. No obstante Los Vengadores tiene sus momentos de introspección y en alguna ocasión parece intentar de veras conmover al espectador (el imprevisto destino final de Phil Coulson y la reacción de Furia) aunque Whedon no parece estar por la labor de aguar la fiesta al espectador. Y en el fondo quizá sea lo más coherente: al fin y al cabo Los Vengadores debe funcionar a un nivel menos íntimo que las películas dedicadas a cada uno de sus miembros...
Lo primordial en Los Vengadores es la acción. Y sin duda el nivel alcanzado en este aspecto sacia al más sediento... Todos y cada uno de los personajes tienen su momento para plantar batalla y desplegar sus técnicas de combate (aunque en casos como el del Capitán América, Thor u Ojo de Halcón aún nos sepan a poco): incluidos el indubitable Nick Furia, la serena (y preciosa) María Hill y el campechano Coulson (“Nombre de pila: Agente”). No obstante Whedon y equipo podrían haber sacado todavía más partido de los Vengadores más “de tierra” (Capitán América, Viuda Negra, Ojo de Halcón…) optando por unos enfrentamientos más “cuerpo a cuerpo”, menos dependientes del trabajo digital. En cualquier caso la violencia nunca es demasiado cruda pero siempre resulta fácil de seguir, nada mareante.
Solo el personaje del profesor Erik Selvig resulta un poco infrautilizado (básicamente está presente en la historia para proporcionar a Los Vengadores una manera algo traída por los pelos de detener la invasión alienígena… Y, por cierto, ¿no parecía estar ya bajo el control de Loki en la escena tras los créditos de Thor? Y sin utilizar el cetro… Ese control le hubiera venido bien al príncipe de las mentiras sobre Stark o Hulk). Y lo mismo ocurre con el martilo de Thor. Al verlo girando en la mano del rubio Asgardiano sus seguidores sentimos de veras estar ante una versión muy fidedigna del personaje. Pero se echan de menos (y ya ocurría en Thor) un mayor número de secuencias dinámicas donde Mjolnir sea lanzado hacia el enemigo, lo golpee con tremebundos resultados y vuelva a la mano de su amo raudo y poderoso. En planos subjetivos especialmente trabajados siempre será algo digno de ver en pantalla.
Entre los grandes aciertos del film, los que le acaban otorgando una especial consistencia e interés, se encuentra su inteligentemente repartida causticidad e ironía (que encuentran en Tony Stark y Hulk sus mayores aliados) y en los continuos careos entre personajes a dos, tres, cuatro y las bandas que hagan falta, que logran dar un poco para todo: desde lo sublime (la fuerte discusión en el Helitransporte que pone a prueba el autocontrol de Bruce Banner) hasta lo más anecdótico (Thor charlando con Nick Furia). Dichos careos ponen en muchos casos a los personajes y sus motivaciones contra las cuerdas, ayudando aún más a definirlos, a constatar su posición en ese variopinto grupo de personalidades excepcionales…
Para los que conocemos a fondo el cómic, estos Vengadores cinematográficos son algo distintos a los que hacen inolvidables las viñetas originales: este Capitán América no cuenta con todo el aplomo, las dotes discursivas y las aptitudes de líder del Steve Rogers de papel (y da lugar a que se le hagan bromas avergonzantes… cosa que su contrapartida, que casi nunca se sale de tono, no da lugar). Furia en cambio sí cuenta con ellas... y no hay la menor duda a que es clavado a la versión Ultimate del personaje (¿Cómo no, cuando aquella existe en gran medida gracias a Samuel L. Jackson?).
Al Thor fílmico parece faltarle cierto nivel de poder y magnificencia mientras que a Iron Man le sobra suficiencia y se ha convertido sorprendentemente en el tipo divertido y desengrasante del equipo (y, como siga presumiendo de camisetas de Black Sabbath y marcándose llegadas a ritmo del Shoot to Thrill de AC/DC, en todo un icono Heavy), por no decir el niño mimado de la escudería Marvel. No es descabellado apreciar que es el personaje con un mayor peso específico en la película.
La Viuda Negra y Ojo de Halcón no obstante están algo desdibujados (y eso que ambos llevan dos películas a sus espaldas) dando finalmente Los Vengadores algo más de relevancia a los miembros que más han tenido posibilidad de desarrollarse previamente: principalmente Iron Man, el Capitán América y Hulk, el menos “Vengador” de estos Vengadores (que ya sabemos que su implicación con el grupo en los tebeos siempre fue algo anecdótica y se paseaba mucho más por Los Defensores).
Este último, cuyos gruñidos en la versión original corresponden a un no acreditado e imprescindible Lou Ferrigno, a pesar de sus dos más que dignas películas (aunque no muchos se hayan percatado de ello), acaba dando pie a algunas de las más aplaudidas secuencias del film (con esos apoteósicos “Hulk... ¡Aplasta!”, “¡Dioses a mí!”, el momento “Alien” junto a Harry Dean Stanton y el dolorosamente mudo e inesperado junto a un desprevenido Thor). A ver si su posible serie de televisión apadrinada por Guillermo del Toro (si el piloto funciona) termina siendo un éxito y el Goliath esmeralda acaba por recuperar su propia franquicia fílmica, ahora mismo algo muerta tras las cifras algo limitadas registradas por los films de Ang Lee y Louis Leterrier.
Atención, por cierto, al papel destacado que S.H.I.E.L.D. asume en el desarrollo de la historia, Helitransporte incluido… Mágica la secuencia en que la fortaleza flotante se eleva del mar acompañada por el tema Helicarrier de Alan Silvestri (compositor también de Capitán América: El Primer Vengador o G.I.Joe), cuyas fuertes notas del poderoso tema principal (The Avengers) me habría gustado percibir algo más a menudo a lo largo del metraje.
El caso es que estos Vengadores de bien entrado el siglo XXI, como ya ocurriera con su versiones “Ultimatizadas” (las de del tebeo y las de las películas de animación de Lionsgate), no pueden fundarse solo porque sí, porque a sus miembros les apetece combatir juntos grandes amenazas y reunirse entre crisis y crisis en la mansión de su miembro rico para tomarse unos Daikiris excepcionalmente preparados por el atento mayordomo.
Ahora se hace necesario un empujoncito nada sutil para ello, surgido del interés y el beneplácito de las altas esferas del poder establecido y siempre que el equipo esté bajo control de quienes tienen realmente claro quienes son los que mandan… o algo así. (Entre los dirigentes a los que ha de responder, si quiere, Nick Furia anda por cierto un no acreditado Powers Boothe, que ya ejercía de cuestionable presidente norteamericano en la ya fenecida serie 24). Con los tiempos que corren (desgraciadamente) el público puede sentir endeble e incómodo el heroísmo altruista como razón principal para la reunión de la formación. Por supuesto unas gotas de cinismo a la mezcla dan más verosimilitud a la concepción de Los Vengadores.
Muchas otras situaciones a lo largo y ancho del film hacen referencia directa a los cómics sin tomarlos demasiado literalmente:
- - Así el guión
destapa que Ojo de Halcón y la Viuda Negra esconden, juntos y por
separado, unos cuantos trapos sucios (¿Ella era una asesina que Barton ayudó a
redimir convirtiéndola en agente de S.H.I.E.L.D.?) que nos remiten directamente
a cuando ambos personajes se asomaban a las páginas del Hombre de Hierro en Tales of Suspense ejerciendo una
vida nada modélica.
- - La atracción
entre ambos también sugerida en el film igualmente nos retrotrae a esos mismo
episodios de Tales of Suspense en los
que el arquero era poco menos que arcilla en las manos de la seductora espía soviética.
- - Loki era originalmente (en el primerísimo número de The Avengers de septiembre de 1963) el villano responsable de
que los héroes más poderosos de la Tierra se vieran obligados a unir sus fuerzas.
- - Y los
alienígenas Chitauri, la peculiar versión ultimatizada de la conocida raza Skrull Marveliana, surgen igualmente de los Ultimates
de Mark Millar y Bryan Hitch (una versión más actual de
Los Vengadores bien conocida por los lectores habituales de cómics) y de los
dos films animados de Ultimate Avengers.
Y es que al final no era tan difícil deducir quienes militaban ese ejército que
asomaba en los Trailers…
Los Ultimates han resultado ser, sin duda, una referencia primordial de estos Vengadores fílmicos, que son prácticamente un no-grupo obligado por las circunstancias a combatir juntos a desgana. De hecho, resulta un milagro que al final lograran trabajar juntos y en equipo sin haberlo siquiera intentado anteriormente, dado que la Iniciativa Vengadores había estado incluso descartada…
En cualquier caso no sería descabellado afirmar que, más que una película de Los Vengadores, se trata de la primera versión cinematográfica de un evento crossover que ha venido a implicar a todos los superhéroes presentados hasta el momento en las películas de Marvel Studios.
Y es que, especialmente a partir de Thor, las películas de Marvel Studios en su conjunto se han convertido en una especie de revival de los seriales cinematográficos de antaño. Cada nueva película es un capítulo más de este nuevo Universo Marvel fílmico que está tan interconectado que asistir a un pase de Los Vengadores sin haber visto Thor o Capitán América: El Primer Vengador (y en menor medida El Increíble Hulk y los dos Iron Man rodados hasta la fecha), seguro confundirá al espectador, que no tardará en darse cuenta de que algo se ha perdido.
Al fin y al cabo ni uno solo de sus principales protagonistas se presenta en el film (María Hill podría decirse que es la gran novedad que Los Vengadores incorpora al Universo Marvel cinematográfico) y ni siquiera han incluido alguna secuencia-flashback que recuerde a los espectadores por qué Loki arde en deseos de venganza contra sus familiares Asgardianos o lo mucho (o poco) explicado hasta el momento del Teseracto, ese cubo cósmico que, como en los cómics, estuvo en manos de Cráneo Rojo y que S.H.I.E.L.D. rescató del mar junto al Capitán América, que antaño perteneció a Odín y que Loki redescubrió en la Tierra… Ahora los Chitauri lo quieren al precio de atacar todo un planeta como pago. Y ¿por qué? La escena tras los créditos dará una buena pista de ello… pero solo a los que conozcan bien los cómics.
Además la película se toma la molestia de explicar a los que sí han tomado buena nota de los films anteriores que Thor vuelve a poner los pies en La Tierra solo gracias a los esfuerzos de su alto padre (en un viaje únicamente de ida) y que su chica terrestre, Jane Foster, anda algo perdida pululando por el mundo de los hombres (Uno andaba esperando que volviera gracias a la Teoría Foster, el portal a otra dimensión, de la que se nos habló en Thor… pero quizá al no contar con Natalie Portman en esta ocasión no quedó otra que recurrir a los socorridos poderes y conocimientos de Odín).
Y es que al final el vivaracho Tony Stark es el único que se permite el lujo de traerse a su novia de vuelta a esta nueva aventura (la espabilada Pepper Potts que interpreta Gwyneth Paltrow que en el film siempre aparece descalza porque… al parecer se siente muy cómoda junto al genio inventor, millonario, playboy y filántropo…)
¿Dónde falla realmente el film? En realidad en muy poca cosa… lo de costumbre. Las películas Marvel no acaban de acertar de pleno con los “malos” de la historia. Les suele faltar un villano de veras fascinante, una auténtica amenaza para el héroe y su entorno del que, sobre todo, podamos entender sus motivaciones (salvo que lo que le impulse sea su propia locura) y cuya presencia resulte siempre hipnótica e inquietante para el espectador (Sin pasarse de siniestro, claro… que, al fin y al cabo, estamos ante un film Disney que quiere resultar accesible a los jóvenes).
El Loki de Los Vengadores se nos intenta mostrar como un psicópata de sonrisa diabólica a lo Hannibal Lecter (como recalcan la escena en la celda con la Viuda Negra/Clarice Starling, su víctima “ocular” en Stuttgart o la mordaza que luce en su captura) pero su conducta resulta excesivamente errada, sus actos incomprensibles… y acaba volviéndose algo ridículo, casi otro villano histriónico más… casi… sino fuera porque Tom Hiddleston no es en absoluto un mal actor, pero sin duda le falta algo de presencia con la que intimidar a sus enemigos (y a los espectadores), a las claras demasiado formidables para él.
Coulson apuntaba además en la trama como al villano le falta convicción... Y es que, sin duda, parece un niño caprichoso que en su rabieta ha ido a morder más de lo que puede digerir. Lo que tampoco sería un mal retrato para un villano si no fuera porque los Chitauri (que aparecen muy difusos en pantalla aún contando con un notable diseño… o al menos yo no los vi muy a las claras con el 3D -correcto, por cierto-. Y eso que era en una sala IMAX) acaban al final siendo nada más y nada menos que mera carne de cañón al servicio del clímax de la historia (electrizante en cualquier caso por las tremendas ganas y ritmo que Whedon y equipo aplican a dicha parte del metraje), quedándose al final la sensación de que esa gran amenaza que urgía la puesta en marcha de la delicada Iniciativa Vengadores tampoco era para tanto…
Por cierto, me encantaría ver lo que podrían hacer en una película de Los Vengadores con el Dr. Muerte… ese gran, gran villano que debería relucir en un film a la altura de su pupilo Darth Vader y al que flaco favor hicieron las películas de Los 4 Fantásticos de Tim Story.
Como último apunte destacar la escena post-créditos que me hizo saltar y gritar como un poseso en la butaca "¡THANOS!" ante la indeferencia de la mayoría de los presentes (los que sabían quien era el personaje ya habían ido al cine antes de la sesión golfa del sábado en la que yo fui…) Otro de esos momentos en los que te das cuenta que un espectador que desconozca los cómics Marvel no podrá disfrutar nunca de este tipo de películas de la misma manera que alguien que nunca ha dejado de leerlos (si bien al menos, ya parece que empiezan a percatarse de los cameos del legendario Stan Lee… algo modestito en esta ocasión, por cierto).
Ojo que, al revelarse que El Otro (el siniestro tipo encapuchado que representaba a los Chitauri ante Loki) está al servicio de Thanos (para los que no lo sepan, un magnífico villano Marvel de orígenes cósmicos, tremendamente manipulador y obsesionado hasta el delirio con la muerte, siempre embarcado en una búsqueda interminable de objetos que le otorguen inusitado poder: http://www.universomarvel.com.aq/?destino=thanos), no sería descabellado pensar que la joya azul en el cetro que le suministró a Loki para hacerse con el Teseracto (recordemos, trasunto cinematográfico del cubo cósmico que Thanos poseyó en el Universo Marvel de los cómics: http://es.wikipedia.org/wiki/Cubo_C%C3%B3smico) fuera la Gema de la Mente (http://es.wikipedia.org/wiki/Gemas_del_Infinito#Gema-Mente) extraída del Guantelete del Infinito que ya pudimos ver de pasada en Thor.
Y atención que una de las futuras nuevas películas Marvel será la de Los Guardianes de la Galaxia, grupo de héroes cósmicos que encaja a la perfección en toda esta trama que se está construyendo…
En definitiva: Los Vengadores, ¿la mejor película Marvel? Es posible. ¿La mejor película de superhéroes jamás realizada hasta la fecha? Difícil decirlo con una lista que cada vez cuenta con más joyitas fílmicas: recordemos Watchmen, las mejores entradas de Batman, Superman, X-Men, Spider-Man, Iron Man… Vosotros mismos, pero no me extrañaría que para mucha gente lo sea. Particularmente aún me sigo quedando con la inteligentísima El Caballero Oscuro de Christopher Nolan pero Los Vengadores alcanza prácticamente un nivel similar jugando en una liga muy distinta, más difícil de apreciar y valorar…
Whedon ha dejado puesto el listón muy, muy alto para futuras secuelas pero no insalvable. El director-guionista ya ha apuntado que la segunda película no sería tan espectacular, sino más pequeña, más personal, más dolorosa. Que no será un reciclaje de lo visto en esta ocasión y se centrará aún más en los personajes. Y ello me hace creer que Whedon es muy, muy consciente de lo alcanzado en esta primera parte y lo que no… Y eso ya es un excelente punto de partida.
Sin duda contará conmigo cuando vuelva a sonar (bueno, en la película no suena: http://www.comicbookmovie.com/fansites/BatFreak/news/?a=59302) el incitante grito de
“¡Vengadores, reuníos!”.
Lo Mejor: Que no traiciona en ningún momento la esencia, la grandeza y la aparatosidad del cómic. La interacción entre sus protagonistas (y sus suculentos toques cómicos). Que, a pesar del gran número de personajes que intervienen, todos estén presentes en la acción sin que se les eche de menos demasiado tiempo. Y que el film esconda algunas sorpresas bajo la manga…
Lo Peor: Falla ligeramente el componente dramático y los villanos de la historia no resultan tan fascinantes como los héroes. Cierta confusión argumental (¿Cuáles son exactamente las razones de Loki para dejarse capturar por S.H.I.E.L.D. y en qué implicaban a Hulk? Conteste en treinta segundos…) en ocasiones derivada de cierta morosidad narrativa (que, a la larga, si las siguientes películas Marvel continúan atando cabos sueltos, podría resultar más una ventaja que un inconveniente).
Y luego está ese uniforme del Capitán América… especialmente ese horrible casco, algo alejado de otros de los diseños preliminares que se han visto de la máscara (¿Por qué será que cuando en las películas de superhéroes los personajes se han de cubrir las caras con una máscara se recurre demasiado a diseños plastificados “de una pieza” -caso de Batman, Daredevil, Duende Verde… - y no a tejidos elásticos, cuero -Catwoman-, etc… que son los materiales que se sugieren en los tebeos?).
La escena al final de los créditos que no ha podido verse en España... Tony quería Shawarma ¡y el resto de compañeros no iban a dejarle solo! |
Ojo al Dato: Estaba cantado que Los Vengadores serían un éxito de taquilla (¿Tomará nota Warner y pondrá enseguida en marcha un film sobre la Liga de la Justicia?) pero lo cierto es que, aún sin haberse estrenado en los USA, las cifras alcanzadas están siendo realmente notables, logrando el primer puesto de taquilla en la práctica mayoría de mercados y arrasando en salas IMAX.
En España logró en su primer fin de semana hacerse con el 47% del total de la taquilla nacional, alcanzando más de unos 8 millones de euros en menos de una semana (aunque hay que destacar que ha sido una semana con el puente del 1 de Mayo de por medio).
En los USA, si el film logra superar los 169’2 millones de la última parte de la franquicia Harry Potter, y la posibilidad la tiene gracias a las más de 4.000 copias que se pondrán en circulación (en su contra juega su larga duración, que limitará algo su número de pases), se convertirá en el mayor estreno de la historia.
En cualquier caso el film parece haber recuperado su inversión en un tiempo record y es un serio contendiente a superar los 1.000 millones de dólares de recaudación mundial y entrar en el Top 3 de las películas más taquilleras de la historia (Avatar -2.783.918.982 dólares-, Titanic -1.989.288.188 dólares- y Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. Parte 2 -1.328.111.219 dólares-).